Tensión
No sé si porque la última imagen es siempre la que se te queda en la cabeza pero la sensación que tengo hoy es que en 5 minutos de lucha por la permanencia en la Liga ACB han pasado más cosas y ha habido más tensión que en 120 minutos de toda una señora semifinal de Champions. Y eso que del Chelsea - Liverpool nadie se puede quejar: emoción, goles, cantadas, polémica arbitral y, lo más importante, la desmitificación de los proyectos y los entrenadores. Llevamos 5 años hablando del Chelsea de Mourinho y Abramovich y resulta que ahora, cuando ninguno de los dos pone la cara, es cuando el club londinense llega a la final de la Champions. ¡Jo! ¡Si al final resultará que Ten Cate era el bueno (?), que Makelele era el galáctico y que Anelka puede ganar tantas Copas de Europa como Ronaldinho, Eto'o, el Niño Torres, Ronaldo y Cristiano Ronaldo juntos!
Pero lo dicho: nada de lo escrito comparable con lo del Estudiantes. ¡Qué nervios! ¡Qué agonía! ¡Qué manera de sufrir! Pensar que Perasovic se fue del Tau por problemas cardíacos... Y es que si ya es preocupante bajar de categoría, mucho más duro es pensar que no hay futuro. Por eso el pabellón estaba abarrotado. Por eso la Demencia (y la que no lo es) no paraba de animar. Por eso cada primer plano de la cara de un espectador equivalía a cien escenas de nervios de El Internado. Por eso el Estudiantes ha remontado y ha salido de la tumba de su anuncio. Porque cuando estaba todo negro, unos diez puntos abajo en el marcador y unos 30 en el estado de ánimo, Perasovic ha apostado por la historia: cantera y dos americanos buenos. Y no ha fallado. Pinone ha metido los dos últimos tiros libres, Herreros ha forzado personales, Carlos Jiménez se ha puesto a robar balones, Ricky Winslow ha hecho su partido y Gonzalo Martínez, como toda la vida, los ha organizado.
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