Adiós irónico

Una cosa, el hecho de que en estos momentos esté escuchando el último disco de Raphael (¡más grande que nunca!) va a influir en mi reflexión. No entiendo que, mientras a gente como el de Linares le ves con mucha cuerda por delante, a otros, más jóvenes, les toque escribir su última columna. No comprendo como en otros países los periodistas comiencen a coger prestigio con 60 y 70 años y aquí los jubilemos (se jubilen) a los 50 o 60. Quizás sea ese el motivo de que en el periodismo deportivo español encontremos tan pocos referentes.
Por cierto, a mí la última columna de Astruells me ha gustado. Otros hubieran apostado por algo entre lacrimógeno y pasteloso. Él no. Él se ha ido con su particular versión pesimista de la vida. Admite que quería ser como Cruyff ("lo manipuló todo, se hizo supermillonario y además, el muy bandido, juega a Golf cuando le da la gana (...) y yo ni millones, ni bajo el 'handicap' y, para colmo, Laporta no me quiere") y no lo ha conseguido. Pero va a seguir intentándolo. Aquí, ya que no le leeremos, le seguiremos escuchando.
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