No me saco de la cabeza lo de
Jarque. Estoy hoy más
jodido que ayer. Soy más consciente de lo que ha pasado. Ayer, cuando escuché la noticia, no acabé de asimilarlo del todo. No fue como en el caso Puerta que las imágenes nos impactaron al instante. Aquí, al no verlo, siempre piensas que hay un error del periodista, o que pueden hacer algo. No sé, quizás es que ante la muerte el ser humano no puede reaccionar de golpe y necesitas unas horas para darte cuenta de que las cosas han cambiado.
Para los pericos que seguimos el equipo más a menudo
Jarque era uno de los dos grandes secretos escondidos que teníamos. Tan importante era que De la Peña y
Tamudo estuvieran adelante como que Moisés -nuestro otro gran secreto- y
Jarque estuvieran atrás. Pieza clave sin duda alguna. Columna vertebral. Me acuerdo por ejemplo hace un par de temporadas que el equipo hizo una primera vuelta de escándalo con
Valverde al mando, llegaron las
navidades,
Jarque tuvo una lesión rara en el pie (nunca quisieron aclarar cómo se lo había hecho) y el equipo se desinfló tanto que fue una de las peores segundas vueltas que se recuerdan del fútbol español. Quizás es casualidad. Quizás. Pero la realidad es que con
Jarque en el campo el equipo estaba más a gusto, se sentía más seguro.
Además que el tipo era un tipo legal. Son muchos los equipos que se han interesado por él estos años. Era normal. Se lo merecía. Pero
Jarque jamás
quiso jugar con esas ofertas para sacar provecho. Hay jugadores que lo
hacen, él no. Si hubiera salido del club, los pericos lo hubiésemos comprendido. Y seguro que le hubiéramos aplaudido cada vez que hubiese pisado de nuevo nuestro estadio. Pero
Jarque no sólo no salió ni forzó la salida o las
negociaciones sino que siguió en el
Espanyol dándolo todo,
super centrado, siendo un orgullo para los pericos. Y es por eso que hace un par de meses, cuando
Pochettino le quitó el brazalete a
Tamudo para dárselo a él, no hubo toda la polémica que hubiera suscitado el hecho de quitar los
galardones al Gran Capitán. A muchos no nos gustó la decisión pero por lo menos sabíamos que el nuevo Gran Capitán que llegaba era un líder noble, señor, deportista, luchador, que había mamado españolismo desde la cantera y que lo iba a mamar toda la vida. Siempre trabajando. Apareciendo cuando tenía que aparecer. Dándonos
tranquilidad. Era nuestro seguro y nuestro secreto. Le echaremos en falta sin duda.
PD: En
Facebook ya hay más de 25 grupos que piden que nuestro anónimo estadio se pase a llamar
Dani Jarque. No sé si ahora, de tan fríos que estamos, estamos demasiado en caliente para escoger el nombre pero sin duda es mejor ese que un nombre comercial.
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