Como cada jueves acabo el día de mala leche.
Hoy más que nunca porque además de ver del baloncesto he intentado ver también el fútbol. Error. Y grande.
Me parece muy bien que se gasten toda la pasta del mundo
en pagar derechos de retransmisiones deportivas pero si yo fuera ellos guardaría algo para pagar a alguien que tuviera capacidad de decisión. Alguien con el suficiente valor y criterio para decir "
ésto interesa más que lo otro". Como antiguamente. Aunque luego los pequeños nos quejáramos. Es mejor enfadarse por ver algo que no te gusta que por no ver nada (que es lo que ves cuando te van dividiendo la pantalla).
Y es que lo de las
multipantallas es un puto infierno. Antes creía que el problema era mío porque mi
tele era pequeña y el
recuadrito molestaba. Pero es que aun teniendo una pantalla enorme ver dos balones en la pantalla debe volverte majara. Loco perdido. ¿No ven que ensucia la retransmisión un huevo? ¿Que distrae?. ¿ Que molesta?. ¡Y aún suerte que el Sevilla jugó ayer! Sólo hay una explicación a que sigan apostando por esa fórmula: los que deciden o no les gusta el fútbol o no ven el partido. Y, por supuesto, no son del Deportivo.
Lo de arriba era en La Sexta. Un problema por división. Pero en el baloncesto estamos igual o peor: la locura te puede llegar por división o por multiplicación. En
TV3 se han gastado la pasta en la
Penya y en el
Barça. Correcto. Lo que pasa es que tampoco existe aquí un tío con los huevos suficientes bien puestos y la suficiente personalidad como para decidir qué partido es el interesante. Quieren ser tan políticamente correctos que al final, queriendo dar los dos partidos a la vez, no acabas viendo ni uno. Ahora vamos a
Ljubliana, ahora vamos al
Palau y dentro de unos años todos a
Sant Boi con la camisa de fuerza. Ni siquiera hoy que la elección era fácil -siendo
TV3 podías descartar el
Barça ya que lo daban por La 2 -han sabido dar el paso adelante. Así había momentos en los que podías ver los triples de Navarro por dos canales y, en cambio, no podías ver al Joventut por ninguno. Eso no es cuidar el baloncesto. Cuidarlo sería dar la posibilidad a los seguidores culés y verdinegros de ver completo el partido de su equipo. Y hoy no lo han permitido.
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