El combate, además de ser aburrido, ha sido nulo. La entrevista a Marta
Domínguez no ha servido para nada, ni siquiera diría yo que para lavar la imagen de la atleta. Por suerte no nos han engañado y desde el minuto uno ya han dejado claro que aquello no iba a ninguna parte: 1 porque había dos periodistas (el experto y Pedro J.) y sólo el que no era experto ha hablado con Marta
Domínguez. 2. porque han estado hablando el 90% de la entrevista sobre si Marta se dopaba y no sobre si traficaba y 3. porque el nivel del diálogo era éste: "
¿el doping mejora el rendimiento del atleta" preguntaba el director del mundo "No sé" respondía la atleta.No sé, a mi me ha recordado a aquella Noria con Contador sólo que en vez de analizar al principio la mirada, Pedro J. ha analizado el tono de voz de Marta. Por lo demás, todo igual:
sonrisitas, aparente seguridad y una excusa a la que agarrarse: en el caso de Contador, la culpa era del solomillo. En el de Marta, la culpa es de las Galas. Por culpa de ellas, la Guardia Civil pensó que un vestido negro era un bulto sospechoso y que unos pendientes no eran unos pendientes sino alguna sustancia
dopante. Y si a esto añadimos que cada vez que Marta se convertía en Santa
Claus con sus amigos, la Guardia Civil se convertía en
Mortadelo y
Filemón, pues tenemos la viñeta dibujada.
En fin, combate nulo. Hoy no era el día para saber si Marta es inocente o no. Hoy era el día para saber que los días de Marta duran, mínimo, 30 horas ("
duermo 12 horas, hago doble sesión de entrenos y me pasó el día metida en el fisio" dice la palentina como si nada) y que el bebé está bien y será niño. Eso sí, no sabemos si le pondrá
Urko o Pedro J. de nombre.