Italia es al fútbol lo que las leyes de Murphy a la literatura: un conjunto de malos tópicos que acaban siendo graciosos y que tienen la llave del éxito.

Lo de Italia de hoy ha sido increible, mágico: vivir noventa y dos minutos y cincuenta segundo en la línea de cal de tu área para acabar matando en una pseudo jugada a cinco segundos del final es tremendo. Y por si fuera poco jugando peor que mal, con un hombre menos, de penalty dudoso (por no decir injusto) provocado por un defensa italiano que nadie conoce y que sin querer habia subido al ataque. Es la perfección a la italiana.

Su constante futbolística es esa. Es esperar a las siete de la mañana para llevarte a la más guapa de la discoteca (algo que, por cierto, también saben hacer sólo ellos). Es vivir de los ladridos de Gattuso, de los cinco brazos de Buffon y de su miseria más absoluta.

Porque Italia cuando más miserable es, más cerca de la victoria se encuentra. Algo letal en el resto de equipos pero infalibe en los italianos. Hoy, cuando Materazzi se ha convertido en el primer jugador del mundo al que expulsan por pegar una patada a un compañero (aunque mucho me temo que Medina Cantalejo le ha sacado la roja pendiente de Sorín) se ha acabado el partido para Australia. Aunque no lo pareciera. Aunque nadie apostara por ello. Aunque ni los mismos aficionados italianos lo creyeran. En ese momento todos los tópicos posibles que se pueden enumerar se reunían y Lippi y sus hombres sabían que tenían el partido donde querían: en el sufrimiento y la miseria. Es el italian way of life. Un modo de entender el fútbol, una idea, que no se traiciona nunca, jamás, y que les lleva, competición tras competición, a estar siempre entre los más grandes.

Escrito por por Anónimo el 26 junio 2006.
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