Dicen los que vieron el partido que el baño del Atlético fue tan grande que a los rojiblancos se les acabó mojando hasta su propia pólvora. Que perdonaron más que Jesucristo en la cruz (pero no tanto como el árbitro a Cannavaro), que anularon justamente un gol a Perea por unos claros tres segundos en la zona y que Cassano dió una fantástica asistencia de gol que confirma la ilógica teoría de que cuanto más puteas a alguien mejor te trata -y que no hay que confundir con aquella otra que dice que "cuanto mejor tratas a alguien más te putea" (Teoría de la Mala Persona)-.

Eso cuentan los afortunados que lo vieron. Sin embargo aquí en el Bar tuvimos la desgracia de no poder verlo. Mejor dicho: lo vimos a medias. A ratos veíamos la mitad derecha de la pantalla, a ratos la mitad superior, a ratos la mitad inferior y a ratos cerrábamos los ojos porque nos chirriaban los oídos de gente que gritaba Cucurrucú Paloma y Fútbol con Fatatas Fritas. Maldito el día que inventaron el contrato de los partidos en exclusiva de La Sexta. ¿Cuántos más de este tipo quedan? ¿El Barça - Madrid y ya está, no? Porque a mí TV3 este año hasta me parecen buenísimos retransmitiendo.

Soy un ser simple. Muy simple. Quizás el tipo más simple que haya en toda Barcelona. Y como soy tan simple me gusta el fútbol. Si fuera más inteligente me gustaría la NBA...pero no es el caso. Soy un cazurro. Por eso cuando me sobreimpresionan cada cinco segundos en la pantalla estadísticas del tipo "Guti se hace las mechas cada tres semanas", "Helguera escupe una media de siete veces por segundo" o "el Kun Agüero mete tres goles entre afeitado y afeitado" me despisto. Miro arriba de la pantalla y me doy cuenta que, mientras leo el dato, no veo el balón (porque recordemos que soy un ser simple, cazurro y futbolero). También me sulfuro cuando me parten la pantalla en dos y no sé escoger entre los dos planos. Sé que la imagen que debo seguir es la de la izquierda (la que encogen y queda emparedada entre la barrita y el anuncio de abajo) pero mis ojos siempre acaban sucumbiendo y yéndose a la derecha. Siempre pienso "Manolo vete a la derecha. Algo importante debe estar pasando para que te reduzcan un 30 por cierto la imagen". Me equivoco. Lo único importante que pasa es que hay un tipo en el banquillo que se parece a Robinho pero que no es él. Total, que la volvimos a joder. He vuelto a perder el balón de vista.

Y así entre datos, estadísticas, planos dobles, anuncios, barritas y ostias se me acaban jodiendo las cervicales y, lo que es peor, el partido. ¡Qué tiempos aquellos en los que bastaba un balón para ver espectáculo! ¡Qué tiempos aquellos en que no hacían falta 4 comentaristas, 2 personas a pie de campo y 5 tomos llenos de estadísiticas para distraernos porque eran los futbolistas los auténticos protagonistas! ¡Qué tiempos aquellos en que incluso te enterabas de que había cedido una valla y se habían caído veinte personas al campo!

Escrito por por Anónimo el 25 febrero 2007.
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