Siempre me ha dado la sensación de que los Estados Unidos han tenido la necesidad de crear
iconos de la lucha para mostrar al mundo. Alguien que sirviera para ejemplificar todo su poderío. Es más, diría que en muchos casos se han apresurado de meternos en la cabeza al luchador sin ni tan siquiera enseñarnos qué tipo de lucha practicaba. Pasó con
Hulk Hogan en los 80 y 90 y tenía que pasar ahora con
Kimbo Slice, un
ex jugador de fútbol americano calvo y con una gran barba que era todo un fenómeno por Internet gracias a peleas como
éstas donde destrozaba la oreja de su oponente.
Pero el fin de semana todo se fue al
carajo. De repente un tropezón inesperado hizo que
Kimbo Slice perdiera su mito en menos de 14 segundos. Ese fue el tiempo que un hasta entonces desconocido
Seth Petruzelli (que disputaba el combate gracias a la lesión horas antes del que tenía que ser el rival) tardó en tumbarle y en hacerse famoso. Con él, Internet ha enloquecido. En
You Tube no
paran de pinchar su proeza. Además, a través de la red, están circulando unas fotos con
Petrizelli en pose muy muy
gay. Están sacadas de su página de
My Space (hasta ayer abierta a todo el mundo) y sirven, sobretodo, para humillar más a
Kimbo Slice.
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