1. Me jodió la realización del Masters de Augusta en la tele estadounidense. Cuando el torneo se dividió en dos (los que iban a ganar el título y el que iba a perderlo), ellos se centraron sólo en el primer grupo y nos dejaron faltos del gran protagonista del segundo: Rory McIlroy. Un tío que, a falta de nueve hoyos, ganaba el torneo por unos 50 golpes y que, a falta de 7, ya lo perdía por más de 100, merecía una cámara a su lado todo el rato. Nos dieron planos de como su bola se perdía en una casa y en un bosque en el hoyo 10, de cómo repetía putts de un metro tres o cuatro veces porque era incapaz de embocarla y de cómo estaba a punto de llorar en el hoyo 12 pero nos privaron de ver su cara en los seis agujeros restantes. Una pena. Estoy seguro que con una cámara morbosa al lado, hubiese acabado haciendo un Karembeu.

2. Del fin de semana, además de con McIlroy y de con la Cursa dels Bombers (cumplí mis dos objetivos: bajar de 50 minutos y putear a los vecinos de la zona cortando sus carreteras), me quedo con Arvesen en la Paris - Roubaix. Meterse en el pavés con una bicicleta sin sillín es algo que no lo hubiese hecho ni la monja de Martes y 13. Ver vídeo.

3. Creía que el Kronum era un deporte bastante imbécil pero mucho más lo es éste: carrera por el asfalto con el culo.

Y 4. Vídeos del día: gol en propia puerta y despeje a la cara.

Escrito por por Anónimo el 11 abril 2011.
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