Esta tarde he ido a la Federación Catalana de Fútbol. Necesitaba un papel que diera fe de los equipos de fútbol por los que he pasado para así conseguir créditos de libre elección en la Universidad. ¡Sorpresa! Mi paso por el Pubilla Casas no figura en mi currículum. A pesar de los balones que envíe a las caravanas de gitanos que limitaban con el campo y de las veces que choqué con la palmera que entraba en el terreno de juego, no existo. Me siento como Matt Damon en El Mito Bourne. Nadie sabe nada de mí. O eso o estaba cedido sin yo saberlo.

Ahora llega la putada. Necesito otro requisito para la Universidad: un papel de los clubs conforme que yo he jugado ahí. Con dos sellos me basta. Pero de los cinco equipos por los que he pasado, sólo me apetece volver a las oficinas de dos (y uno era el Pubilla Casas). Tendré que echarlo a suertes con los tres restantes.

PD: ¿Alguien sabe si aún existe la palmera del campo del Pubilla? ¿O es cierta la leyenda urbana de que no se puede cortar porque una mitad corresponde a Esplugues y la otra a L'Hospitalet y nunca se ponen de acuerdo los dos municipios?

Escrito por por Anónimo el 26 enero 2007.
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