Lo confesaré. Me sacaré la máscara. Me he de sacar el sombrero con Lobato porque ha sabido darle una dimensión a la Fórmula 1 que en España no era habitual. Un pelín pelota, o muy pelota con Alonso, pero la repercusión esta ahí.

Vale, dicho esto, ya puedo vomitar todo lo que llevo dentro desde el viernes por la noche (y que no pude sacarlo por falta de teclado): ¡¡¡que lamentable retransmisión la de Tele 5 y el sorteo del Mundial!!!

Leía a Lobato en el As una entrevista que decía que sería una retransmisión ágil, con valoraciones de jugadores como Sergio Ramos ( se debió quedar en algún atasco de Madrid); en la que se repasaría la trayectoria de las selecciones participantes (se debieron quedar en redacción los papeles) y donde bastaría sólo con dar paso a las actuaciones del mago y de Juanes.


En fin, que uno enchufa la tele y no se entera de nada. Supongo que el Valentín, para promocionarse él y sus desastrosos noticiarios, debió pensar que era el día de chupar pantalla. Así que Don Valentín cortó el hasta entonces gran corto de promoción del Mundial, hablo cuando cantaba Juanes (¡¡¡¡¿¿¿quien es ese Juanes???!!! Joder, que yo soy Valentín¡¡¡) y del mago vimos algo y en diferido.

Por lo menos, gracias a la desastrosa realización y dirección de la retransmisión podemos presumir de ser el último país en descubrir el balón del Mundial (llegó su imagen más tarde que la del mago, que ya es decir).

En fin, que por lo que leí antes y ví después uno cree que el Lobato más o menos es salvable y que el incompetente es el Valentín. Yo le daría un consejo: ya que puteó a Lobato sin poder asistir a la gala del motor, por lo menos le podía haber dejado a él solito y a un traductor. Con eso hubiera sido más que suficiente.

Escrito por por Anónimo el 11 diciembre 2005.
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