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Sobre Fiebre Maldini y El Rondo


Por primera vez -o segunda, que más da- no estoy de acuerdo en algo con los compañeros de Diarios de Fútbol. Están dando las notas de final de curso a los programas deportivos de la tele y han enviado a septiembre al Rondo mientras otorgan la matrícula de honor a Fiebre Maldini.

Y sí, vale, puede ser que Fiebre Maldini sea la novia rica, culta, guapa e inteligente que a cualquier madre de la Bonanova le encantaría tener en la comida de Navidad al lado de su hijo. Pero yo, que soy el novio, además de esa novia rica, culta, guapa e inteligente (que muchas veces es sinónimo de sosa, flifli y elitista) necesito una amante que me de caña, me divierta, me vuelva loco, me escandalice, me altere la sangre y, por supuesto, que sea tan secreta que nadie pueda decir que me ha visto viéndola. O sí. Que más me da si yo también la quiero.

Resumiendo: que con Maldini me casaría pero con Roberto Gómez me pasaría toda la vida.

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