La vuelta de la Champions me ha parecido un gran buñuelo, un espectáculo aburrido, gris, triste y soporífero. Ni los comentaristas me han hecho sentir que lo de octubre y lo de hoy eran dos fases de competición distintas (todo parecía seguir siendo la misma broma), ni el Madrid me ha dado unos mínimos para comentar (para tener a Kaká en el campo mejor que pongan a Drenthe que al menos acaba las jugadas) ni hay ningún momento vibrante a excepción del golazo francés.

Así pues a lo único que me he dedicado durante el partido es a buscar publicidad encubierta (la de Sony y Heineken ni la cuento). Y la he encontrado al principio de la retransmisión con los chaquetas Lacoste de Sauca y Sanchís (por la cara de frío que hacían no parecían una compra demasiado fiable) y al final en los resúmenes de Lopetegui (lo hace bien tanto si se marea como si no) donde con dos cojones han puesto un letrero bien grande: "Vestuarios: Armand Bassi".

En fin, la única cosa buena de estas dos horas de partido es que me han dejado con tal nivel de atontamiento que ahora podría pasar perfectamente a Teledeporte y chuparme dos horas de Juegos Olímpicos. Es más, lo he hecho y os aseguro que me he reído más con los pantalones a rombos de los tíos del curling (¡ídolos!) que con la dichosa Champions.

PD: En el otro partido, churro de Scholes y taconazo de Seedorf. Aún hay gente que sabe envejecer.

Escrito por por Anónimo el 16 febrero 2010.
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