Riquelme
Riquelme es un viejo rockero. Lento como los Scorpions pero un rockero al fin y al cabo. Tiene sus pijadas y sus manías (irse tres semanas a Argentina para ver parir a su hijo; renunciar a la selección; tener cara de "Hacienda me agarra por los huevos..."), pero le sobra música en sus pies. Da pena verle triste en la grada y al Villarreal triste en el campo.
No sé. No me imagino al manager de los Rolling Stones diciéndole a Keith Richards: "Hoy no sales al escenario porque tienes aficiones raras con los cocoteros" o al representante de Rod Stewart diciéndole: "Tío, acabo de suspender tu gira porque estoy harto de que pidas hoteles que tengan habitaciones decoradas con pósters de Naranjito".
Sin rockeros no hay rock. Sin futbolistas quieren que haya fútbol. No lo entiendo.
No sé. No me imagino al manager de los Rolling Stones diciéndole a Keith Richards: "Hoy no sales al escenario porque tienes aficiones raras con los cocoteros" o al representante de Rod Stewart diciéndole: "Tío, acabo de suspender tu gira porque estoy harto de que pidas hoteles que tengan habitaciones decoradas con pósters de Naranjito".
Sin rockeros no hay rock. Sin futbolistas quieren que haya fútbol. No lo entiendo.
¡Qué razón tienes, amigo!
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