Vitor Baia, pintor
Holanda, tierra de bicicletas, girasoles y porros. Cuna de grandes pinceles y único lugar del mundo donde Vitor Baía podía dejar de cantar para ponerse a pintar.
La historia comenzó hace unas dos semanas. El Oporto andaba por Ootmarsum (Holanda) de stage cuando una galería de arte de la ciudad solicitó a algunos miembros de la expedición portuguesa que colaboraran con ellos en una iniciativa. Se trataba de pintar cuadros para así poder sacar dinero que iría destinado a ayudar a niños con cáncer.
Como era de esperar, no pasaron dos horas y ya los cuadros estaban en marcha. El de arriba, pintado a medias por Vitor Baia y el presidente del club Pinto da Costa, fue uno de los que se elaboraron. En él se ve plasmada la complejidad de la inocencia a través de una pintura viva en colores pero simple en estructura. Sin duda un campo que poca gente se ha atrevido a explorar y que es bellísimo e innovador. El otro cuadro para la galería, pintado por el entrenador Co Adriaanse, es igual de llamativo pero mucho más abstracto. Aquí lo tenéis.
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