Impotente o agnóstico
Ayer tuve a Ana Obregón en la habitación y no trempé. Ayer ganó mi Espanyol y ni siquiera lo celebré.
No sé si soy impotente o es que me he hecho agnóstico pero la cosa es que antes vibraba más con el fútbol, me identificaba más con sus historias. Incluso alguna vez lloré de verdad por culpa de este maldito equipo y me quedé en casa viendo partidos que sólo me interesaban a mí.
Sin embargo ayer todo fue diferente. Mi supuesto equipo jugaba una final en Madrid y yo lo viví cogiendo un avión a la hora del partido que fuera de Madrid a Barcelona. El mundo al revés. Pasotismo total. Será que me he hecho agnóstico, que no siento ninguna fuerza en el interior que me ayude a tirar adelante con convicción. Será que ya no soy quien era.
No sé si soy impotente o es que me he hecho agnóstico pero la cosa es que antes vibraba más con el fútbol, me identificaba más con sus historias. Incluso alguna vez lloré de verdad por culpa de este maldito equipo y me quedé en casa viendo partidos que sólo me interesaban a mí.
Sin embargo ayer todo fue diferente. Mi supuesto equipo jugaba una final en Madrid y yo lo viví cogiendo un avión a la hora del partido que fuera de Madrid a Barcelona. El mundo al revés. Pasotismo total. Será que me he hecho agnóstico, que no siento ninguna fuerza en el interior que me ayude a tirar adelante con convicción. Será que ya no soy quien era.
Escrito por por Anónimo el 13 abril 2006.
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Te estás haciendo mayor y te estás dando cuenta de que el fútbol no es más que un juego como otros muchos,y que lo de ponerle pasión a las cosas desgasta y no es sano.
Te estás haciendo mayor pero no viejo, y por eso no trempaste con una abuela como la Obregón.
Yo soy más viejo que tú, eso seguro, y tampoco me pone en estado de gracia la Obregón. Lo siento por ella, jeje.
Además, como en casa hable tanto y tan alto como en la tele no creo que la aguantara más de dos horas seguidas, jaja.
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