Don Alfredo
Con motivo del 50 aniversario de la llegada de Don Alfredo Di Stéfano a la Liga española, El País (23-9-2003) recogía algunas opiniones de los que fueran sus compañeros y rivales. Os las dejo aquí:
- Pachín (Lateral del Madrid). "Alfredo era un todo terreno, un fuera de serie muy habilidoso. El mejor: bueno en el medio, en la defensa y la delantera. Era rapidísimo y se entendía a la primera y sin mirarse con Gento. Era una estrella. Recuerdo que la prensa, que entonces era un poco menos numerosa, se tiraba a por Alfredo, a por Gento y a por Santamaría, después, pasábamos el resto que éramos el carrito del pescado. Alfredo te inculcaba ser un ganador. También el cariño por el club y el morir por sus colores. Esa devoción contagiaba, porque era el número uno y si él daba ejemplo los demás hacíamos lo que decía. Nosotros éramos gregarios de lujo y él nos abroncaba bastante en el césped, pero en los despachos nos defendía a muerte. Era el jefe del vestuario por su carisma, un líder nato. Pero también, como todos los genios, tenía mucho carácter. Vivía con mucha intensidad las semanas previas a los partidos, sobre todo los importantes como contra el Barcelona o el Atlético. Había veces que prometía no fumar hasta que no se jugase el encuentro y eso para él, que era muy fumador, era un esfuerzo enorme. Se tiraba 15 o 18 días sin un pitillo. Tenía mucha fuerza de voluntad. En las concentraciones jugaba con nosotros al mus.
- Gento (Extremo del Madrid). "Era un maestro. Era imposible verle jugar mal. Eso sí, recuerdo que tenía mucho carácter dentro del campo. Era muy temperamental, pero te enseñaba un montón. Yo llegué de jugar en Tercera y con sólo 19 años y él me enseñó a tirar paredes y a darle de tacón. Esas cosas en Europa se las inventó él, antes no existían. A mí sobre todo me decía que no corriese tanto, que los demás no llegaban. Ha sido un privilegio jugar con él porque ha sido el futbolista más completo, jugaba a todo. No se me van a borrar esos años en la vida, cómo te buscaba en el campo y siempre te encontraba. Además metía muchísimos goles, y eso que jugaba por todo el campo. Si llega a jugar sólo arriba hubiese batido todos los récords. Era bastante callado, tanto dentro como fuera del campo. Muy reservado. En el césped sólo hablaba cuando estaba agotado, cuando se mataba, entonces te pedía que parases un poco el ritmo. También tenías sus manías y sus cosas raras, como todo el mundo, pero sobre todo porque era muy reservado. De todos modos era un buen compañero y nunca se le oía decir a nadie que estaba jugando mal".
- Marquitos (Lateral del Madrid). "Lo más importante para mí es que sentó una seña de identidad del Madrid. El trajo unas ganas de ganar permanentes hasta ese momento desconocidas. Es el mejor jugador de todos los que han llegado al Madrid en todos los tiempos y dejó unas bases de lo que debe ser la filosofía del club muy importantes. Trabajaba y corría igual en los entrenamientos que en el campo. Otra de sus enseñanzas más importantes fue la de valorar el esfuerzo. También era gritón".
- Santamaría (Central del Madrid). "Era un ganador nato. Transmitía el espíritu del triunfo. Yo cuando llegué al Madrid ya lo conocía, porque también venía de Suramérica y no me sorprendió. Fuimos compañeros de habitación y nos llevábamos perfectamente. Nunca discutíamos porque uno quería leer o escuchar la radio. Apagábamos la luz a las once porque entonces los entrenadores se pasaban por las habitaciones para ver si estabas dormido. Cuando le conocías por primera vez parecía seco. Tenía ese golpe de timidez que hace a algunas personas parecer ariscas, pero cuando le conocías y charlabas con él en profundidad cambiaba completamente. En aquella época no existían los jefes del vestuario. Todos los jugadores trasladaban su personalidad a la caseta y los demás teníamos muchos respeto. Todo el mundo era igual, no había líderes, aunque la prensa siempre hablaba más de unos que de otros. Jugaba por todo el campo. Incluso le tenía que sacar de la defensa y decirle que allí mandaba yo. Se olvidaba de todo cuando entraba al campo".
- Biosca (Central del Barça). "De hecho, lo tuvimos más como rival que como compañero porque, al no poder disputar partidos oficiales, en los entrenamientos lo alineaban siempre con el equipo suplente. Él estaba seguro de que iba a quedarse con nosotros. Su fichaje por el Madrid cambió la historia del fútbol y la de nuestra rivalidad. Ya contábamos con un gran equipo pero con él, hubiéramos ganado sin necesidad de bajar del autocar. Para mí ha sido el jugador más completo del mundo, sólo comparable a Kubala durante sus tres primeros años en el Barça, cuando todavía no había cogido peso. Era el prototipo de jugador perfecto. Practicaba un fútbol total. Corría tanto arriba y abajo que algunas veces tuvimos que marcarle entre dos o tres jugadores, lo cogía Flotats cuando él enganchaba el balón en defensa y cuando llegaba a las posiciones de ataque, lo cogía yo. Siempre llevaba la iniciativa, jugaba y hacía jugar, tanto con el balón como sin él, y conseguía que el rival actuara siempre a remolque".
- Gràcia (Lateral del Barça). "Helenio Herrera me dijo un domingo que al siguiente iba a ser yo quien me encargara de marcarle. Después de los entrenamientos habituales, nos quedábamos cuatro o cinco jugadores un tiempo extra y yo tenía que correr por todo el campo detrás del compañero que hacía el papel de Di Stéfano. HH me dijo que si iba al lavabo, yo al lavabo con él. Marcarle era tremendo porque físicamente era un portento".
- Ramallets (Portero del Barça). "Era muy listo. Y tenía mucho carácter, le gustaba mandar. También le encantaba picarnos en los entrenamientos y hacía que todos los compañeros estuvieran con los cinco sentidos puestos en cada jugada. Por sus características no hubiera tenido ningún problema para adaptarse al juego del Barça como les ha sucedido a otros argentinos, de la misma manera que nunca le pudieron en absoluto ni la presión ni los ambientes en campo contrario. Me parece que Daucik al final no lo quiso, esa es la verdad. A veces lo hemos hablado con él pero creo que ni él mismo sabe exactamente qué pasó".
- Pachín (Lateral del Madrid). "Alfredo era un todo terreno, un fuera de serie muy habilidoso. El mejor: bueno en el medio, en la defensa y la delantera. Era rapidísimo y se entendía a la primera y sin mirarse con Gento. Era una estrella. Recuerdo que la prensa, que entonces era un poco menos numerosa, se tiraba a por Alfredo, a por Gento y a por Santamaría, después, pasábamos el resto que éramos el carrito del pescado. Alfredo te inculcaba ser un ganador. También el cariño por el club y el morir por sus colores. Esa devoción contagiaba, porque era el número uno y si él daba ejemplo los demás hacíamos lo que decía. Nosotros éramos gregarios de lujo y él nos abroncaba bastante en el césped, pero en los despachos nos defendía a muerte. Era el jefe del vestuario por su carisma, un líder nato. Pero también, como todos los genios, tenía mucho carácter. Vivía con mucha intensidad las semanas previas a los partidos, sobre todo los importantes como contra el Barcelona o el Atlético. Había veces que prometía no fumar hasta que no se jugase el encuentro y eso para él, que era muy fumador, era un esfuerzo enorme. Se tiraba 15 o 18 días sin un pitillo. Tenía mucha fuerza de voluntad. En las concentraciones jugaba con nosotros al mus.
- Gento (Extremo del Madrid). "Era un maestro. Era imposible verle jugar mal. Eso sí, recuerdo que tenía mucho carácter dentro del campo. Era muy temperamental, pero te enseñaba un montón. Yo llegué de jugar en Tercera y con sólo 19 años y él me enseñó a tirar paredes y a darle de tacón. Esas cosas en Europa se las inventó él, antes no existían. A mí sobre todo me decía que no corriese tanto, que los demás no llegaban. Ha sido un privilegio jugar con él porque ha sido el futbolista más completo, jugaba a todo. No se me van a borrar esos años en la vida, cómo te buscaba en el campo y siempre te encontraba. Además metía muchísimos goles, y eso que jugaba por todo el campo. Si llega a jugar sólo arriba hubiese batido todos los récords. Era bastante callado, tanto dentro como fuera del campo. Muy reservado. En el césped sólo hablaba cuando estaba agotado, cuando se mataba, entonces te pedía que parases un poco el ritmo. También tenías sus manías y sus cosas raras, como todo el mundo, pero sobre todo porque era muy reservado. De todos modos era un buen compañero y nunca se le oía decir a nadie que estaba jugando mal".
- Marquitos (Lateral del Madrid). "Lo más importante para mí es que sentó una seña de identidad del Madrid. El trajo unas ganas de ganar permanentes hasta ese momento desconocidas. Es el mejor jugador de todos los que han llegado al Madrid en todos los tiempos y dejó unas bases de lo que debe ser la filosofía del club muy importantes. Trabajaba y corría igual en los entrenamientos que en el campo. Otra de sus enseñanzas más importantes fue la de valorar el esfuerzo. También era gritón".
- Santamaría (Central del Madrid). "Era un ganador nato. Transmitía el espíritu del triunfo. Yo cuando llegué al Madrid ya lo conocía, porque también venía de Suramérica y no me sorprendió. Fuimos compañeros de habitación y nos llevábamos perfectamente. Nunca discutíamos porque uno quería leer o escuchar la radio. Apagábamos la luz a las once porque entonces los entrenadores se pasaban por las habitaciones para ver si estabas dormido. Cuando le conocías por primera vez parecía seco. Tenía ese golpe de timidez que hace a algunas personas parecer ariscas, pero cuando le conocías y charlabas con él en profundidad cambiaba completamente. En aquella época no existían los jefes del vestuario. Todos los jugadores trasladaban su personalidad a la caseta y los demás teníamos muchos respeto. Todo el mundo era igual, no había líderes, aunque la prensa siempre hablaba más de unos que de otros. Jugaba por todo el campo. Incluso le tenía que sacar de la defensa y decirle que allí mandaba yo. Se olvidaba de todo cuando entraba al campo".
- Biosca (Central del Barça). "De hecho, lo tuvimos más como rival que como compañero porque, al no poder disputar partidos oficiales, en los entrenamientos lo alineaban siempre con el equipo suplente. Él estaba seguro de que iba a quedarse con nosotros. Su fichaje por el Madrid cambió la historia del fútbol y la de nuestra rivalidad. Ya contábamos con un gran equipo pero con él, hubiéramos ganado sin necesidad de bajar del autocar. Para mí ha sido el jugador más completo del mundo, sólo comparable a Kubala durante sus tres primeros años en el Barça, cuando todavía no había cogido peso. Era el prototipo de jugador perfecto. Practicaba un fútbol total. Corría tanto arriba y abajo que algunas veces tuvimos que marcarle entre dos o tres jugadores, lo cogía Flotats cuando él enganchaba el balón en defensa y cuando llegaba a las posiciones de ataque, lo cogía yo. Siempre llevaba la iniciativa, jugaba y hacía jugar, tanto con el balón como sin él, y conseguía que el rival actuara siempre a remolque".
- Gràcia (Lateral del Barça). "Helenio Herrera me dijo un domingo que al siguiente iba a ser yo quien me encargara de marcarle. Después de los entrenamientos habituales, nos quedábamos cuatro o cinco jugadores un tiempo extra y yo tenía que correr por todo el campo detrás del compañero que hacía el papel de Di Stéfano. HH me dijo que si iba al lavabo, yo al lavabo con él. Marcarle era tremendo porque físicamente era un portento".
- Ramallets (Portero del Barça). "Era muy listo. Y tenía mucho carácter, le gustaba mandar. También le encantaba picarnos en los entrenamientos y hacía que todos los compañeros estuvieran con los cinco sentidos puestos en cada jugada. Por sus características no hubiera tenido ningún problema para adaptarse al juego del Barça como les ha sucedido a otros argentinos, de la misma manera que nunca le pudieron en absoluto ni la presión ni los ambientes en campo contrario. Me parece que Daucik al final no lo quiso, esa es la verdad. A veces lo hemos hablado con él pero creo que ni él mismo sabe exactamente qué pasó".
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