Estaba cerrando las persianas del Bar cuando me he encontrado a Julio que venía hacia mi.

Julio es mi médico y el de la mayoría de la gente del barrio desde haces años. Viejecito, muy sabio, con mucho talante también formaba parte de la Asociación de Vecinos desde sus inicios.

Me ha sorprendido su visita a estas horas de la noche.

- Julio, ¿que te cuentas? ¿que haces por aquí a estas horas?
- Nada, me voy del barrio. Me marcho. Vengo a despedirme de los amigos. No aguanto más aquí. Esto se está volviendo un infierno para mi. Yo creía que la Asociación y el barrio eran otra cosa.
- ¿Ha pasado algo con Chechu?
- Sí, y sobretodo también con Simeón. No los puedo ni ver. Somos totalmente incompatibles. Cada vez que yo digo una cosa ellos automáticamente dicen que no. Y ya no puedo seguir así. Poco a poco van filtrando a la gente que soy un pésimo médico y si sigo en este barrio acabaré en el paro...
- Hombre, pero has de luchar. No te puedes rendir por estos cazurros fascistas.
- No. Ya no tengo ganas de luchar. He aguantado hasta ahora porque me hacía ilusión volver a ganar el Concurso de Barrios. Ahora que ya está conseguido lo mejor es marcharme.
- Bueno, pues dame un abrazo. Y si necesitas algo ya sabes. Aquí tienes tu Bar.
- Muchas gracias. Supongo que antes de irme esta semana me pasaré a despedirme de tu clientela.


En fin, que es una pena. Que esta semana el responsable Sanidad del barrio se va. Y tengo la sensación que no será el único. De hecho creo que incluso yo también estaría más a gusto fuera de este barrio y lejos de Chechu que aquí dentro. Me lo tendría que plantear.

Escrito por por Anónimo el 29 mayo 2005.
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