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Terroristas de la moda


Soy un terrorista de la moda. Y creo que la culpa de todo la tiene mi etapa de futbolero. Allí, en los entrenos de Pubilla Casas o Sant Cugat, comencé a usar guantes agujereados (y nunca emparejados), pantalones cortados a la altura de las rodillas (que en mi caso, debido a mi altura, siempre parecieron piratas), dos o incluso tres capas de jerseys (¡¡Sant Cugat es una nevera!!) y gorros innecesarios.

Crecí pero, lejos de madurar, acabé dejando que el personaje me abduciera. Sí, un poco como Tomás Guasch o Tomás Roncero pero aplicado al mundo de la moda. Ahora mismo llevo unas albarcas tan viejas, rotas y destrozadas que ni Jesucristo se atrevería a calzarlas. A veces salgo a correr con un bañador naranja floreado de mercadillo para que los ciclistas jubilados sonrían de buena mañana y añoro la época en que mi armario habitaban camisas coloridas rollo Magnum (¡¡si no fuera por la pereza de los botones, creo que las llevaría cada día!!). Me gusta ir al trabajo con camisetas en las que aparecen Pajares y Esteso dibujados, con tejanos rotos y, a excepción del tipo que inventó el Malibú con Piña, creo que soy la persona que peores combinaciones ha hecho en la historia.

Pensaba que no estaba solo. Que éramos muchos los terroristas que en este lugar habitábamos. Hoy, por ejemplo, he visto en el Metro a un hombre con las gafas con los cristales azules, a otro con bermudas, zapatos y calcetines blancos y a un tercero con una camiseta de R2D2. He pensado: "si en un trayecto entre Plaza Catalunya y Reina Maria Cristina (siete u ocho paradas) ya hay tres de los míos, ¿por qué coño nadie defiende el vestuario olímpico?". ¡¡Por estadística eso es imposible!! ¡¡O nadie se atreve a reconocer que es un hortera (aunque sea a tiempo parcial y normalmente en época veraniega) o, aún peor, nos estamos comenzando a parecer cada vez a los estadounidenses, esos tipos que acuden a Londres con trajes de Ralph Lauren de dos mil dólares pero que están enfadados porque en la etiqueta pone Made in China!!.

Así pues, a la espera de que algún otro valiente lo haga, defenderé a muerte a la gente de Bosco Sport y del COE por su sabia elección. No sólo por motivos económicos (creo que piratearán menos los trajes de España que los discos de Victoria Abril) sino también por los deportivos: mientras el resto de deportistas de otras nacionalidades gastarán sus esfuerzos en la Villa Olímpica ligando con alemanas, canadienses, suecos, francesas o chinas, los nuestros -como mucho - sólo se atreverán a entablar conversación con la gente que está a nuestro nivel de elegancia: rusos y ucranianos.

Por lo tanto, triple objetivo cumplido: evitar imitaciones, evitar el ligoteo y, en caso de producirse alguno, hacerlo sólo con rusos y ucranianos para así tener futuros Bubkas, Scherbos, Isinabayevas o Biriukovs (?) que en el futuro nos hagan subir en el medallero. ¿Que más se puede pedir?

Además existe una justificación histórica: nosotros siempre hemos sido país de Cobis y de Naranjitos... ¿En serio ahora vamos a poner el grito en el cielo? Sinceramente, prefiero este vestuario al de años anteriores. Al menos es memorable. ¿Os acordáis de cómo era el traje en Atlanta, Atenas o Pekin? ¡No! ¡Tan sólo es acordáis del de Barcelona 92 y no porque fuera bonito (que tampoco lo era) sino porque las lágrimas de la Infanta Elena sirvieron de pegamento en vuestra memoria!

Llegados a este punto, la pregunta clave: dentro de 20 años, cuando estéis navegando por Ebay, ¿por cual pujaríais: por el traje familiar del 2012 o por el olvidado del 2008 y 2004?. Creo que la cosa está clara...Es más, estoy convencido de que la gente no esperaría 20 años a Ebay sino que si pudiera, se lo compraría ahora: te presentas con ese look a una discoteca de Ibiza, has ganado. Nadie te hace sombra. Mañana llenas de colorido tu oficina con el modelo de Bosco Sport, el jefe te bromea. Vas a un bar vestido así, los de la barra te hacen la ola. Entras a la carnicería, dejan de hablar de la crisis. Lo llevas a la playa, no te lo roban mientras te bañas...Ponerse uno de esos chándals ahora es como ponerse una estrella en el pecho en el lejano Oeste: eres el puto amo. El jefe. Todos te miran. Y muchos no lo dicen pero también te admiran.

PD: los terroristas de la moda exigimos dos cosas: 1. que los deportistas españoles que odien su traje lo entreguen a otros terroristas para que lo luzcan con orgullo y 2. que la web de Bosco Sport- una web que se queda a medio camino entre la orgía visual y el ataque epiléptico de Pikachu- no se avergüence de nuestro modelo y, ya que no lo pone a la venta, por lo menos lo muestre. ¡Coño! ¡Que en Gran Bretaña lo hacen y hasta se vende!


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