El niño japonés

Lo mejor de haber finalizado la jornada 32 de Liga no es que nos encontremos a tres equipos apretados a puntos en la cabeza de la tabla a poco de acabarse la Liga. Lo mejor es que por fin se ha ido el niño japonés a su país. Se acabó la farsa. Hemos tenido que coger una lupa o un altavoz para leer o escuchar de algún periodista que el niño no lloraba por la derrota del Barça en el Mundialito de clubes ante el Internacional de Porto Alegre sino porque su padre había desaparecido de la grada y se había puesto nervioso. Los japoneses son todo lo japoneses que queráis, pero tontos no son. Es como si yo ahora encabezara el post con una foto de la Belén Esteban llorando, dijera que "Belén Esteban llora porque Manolo le ha dado clabazas" y nadie levantara una voz de sospecha ante mi afirmación.

Hasta en esta anécdota hay rasgos de Galaxismo. Se ha tenido que ir a Japón para buscar una bandera barcelonista cuando la Cataluña profunda (y la no tan profunda) está llena de barcelonistas que la podrían llevar con orguño. Ni siquiera el Madrid -que prefirió a Toñín Torero- actuó así.

PD: Leo a Puyol diciendo que "ellos no dijeron que esta Liga sería un paseo". La verdad es que tampoco dijeron lo contrario en ningún momento. Ni siquiera cuando Laporta dijo que ganarían 7 Copas. Era ese el momento de mostrar humildad y no ahora.

PD2: El destino ha querido que sólo pasarán dos horas entre leer a Joan Patsy en el Magazine de La Vanguardia diciendo que "muchos de los tropiezos de Johan Cruyff se debieron a inventos de Charly Rexach" y leer a Eduardo Mendoza en "Las aventuras del tocador de señoras" una definición de manicomio que dice que es el lugar en "el que todos los allí encerrados perciben claramente la locura de los demás, pero ninguno la propia".